Un grupo de voluntarios, financiados directamente por el público a través de crowdfunding, ha logrado comunicarse, por vez primera en muchos años, con una nave espacial inactiva de la NASA, en un intento de insuflar nueva vida científica, a través de nuevas actividades y nuevos objetivos, a esta carismática nave que partió de la Tierra en 1978 y que pasará cerca de ella el próximo mes de agosto. Si el “diálogo” con la nave fructifica, será posible que ésta reciba y entienda las órdenes que se le enviarán para que active su sistema de propulsión en el momento y lugar precisos a fin de emplazarse en el punto de Lagrange 1. De ese modo, se evitará que la nave, tras su máxima aproximación a la Tierra, en agosto de 2014, se aleje nuevamente de ella, volviéndose imposible, quizás para siempre, todo nuevo intento de enviarle órdenes y de volver a ponerla en servicio activo para la ciencia.
Los puntos de Lagrange son lugares en el espacio donde la fuerza gravitacional de un planeta y la del Sol se compensan mutuamente, permitiendo que otros cuerpos más pequeños se mantengan estables.
La ISEE-3 protagonizó en el pasado aventuras notables en la exploración cósmica. Después de un largo silencio y de haberse perdido buena parte del interés científico en esta nave, cuya existencia muchos consideraron definitivamente anclada en la historia, la ISEE-3 se revela ahora como tema de máxima actualidad y como un coloso de la ingeniería de los años 70 que se resiste a extinguirse, incluso cuando ya ni siquiera existía en la Tierra el equipamiento técnico necesario para comunicarse con ese viajero, un equipamiento que tiempo atrás fue desechado por usar una tecnología ya obsoleta.
Sin un centro apto de Control de Vuelo en la Tierra, no era posible restablecer el contacto con la ISEE-3. Gracias al voluntariado en una modalidad calificable como ciencia ciudadana, en que cada cual ha aportado sus conocimientos y habilidades, y al crowdfunding que permite que la gente financie proyectos sin que el dinero tenga que pasar primero por el gobierno ni por otros canales institucionales o tradicionales, se ha conseguido improvisar en un tiempo récord un centro de Control de Vuelo con equipamiento apto.
Poco antes de este primer contacto tras casi dos décadas de silencio, la NASA firmó un acuerdo con la empresa Skycorp, Inc., en Los Gatos, California, Estados Unidos, una de las entidades que más han impulsado este proyecto de recuperación de la nave, para concederle el permiso legal de intentar comunicarse con la ISEE-3, hacerse con su control, y darle nuevos objetivos.
El 29 de mayo, el equipo del proyecto consiguió establecer un enlace de comunicaciones en ambos sentidos con la ISEE-3, y comenzó a enviarle nuevas órdenes, primeramente para comprobar el estado de sus sistemas y su nivel de funcionalidad.
Este primer contacto con la ISEE-3 se logró desde el radiotelescopio de Arecibo en Puerto Rico. La enorme potencia de esta antena ha sido vital para poder comunicarse en buenas condiciones con la nave, ya que debido a su lejanía a la Tierra las señales llegan muy debilitadas. Conviene tener en cuenta que la ISEE-3 fue diseñada básicamente como un satélite, ya que en su misión principal permanecería bastante cerca de la Tierra. Su segunda misión, enviarla al encuentro con un cometa, fue darle a la nave un uso para el que no había sido diseñada.
El equipo del proyecto ha reconfigurado parte de los sistemas de la nave, haciendo, entre otras cosas, que emita la información de telemetría del modo deseado. Durante las próximas semanas, estos voluntarios evaluarán el estado general de “salud” de la nave y refinarán el procedimiento para afrontar un nuevo y azaroso desafío: Hacer que active sus motores y se coloque en una órbita que la mantenga lo bastante cerca de la Tierra,
Ésta es la primera vez que la NASA ha establecido un acuerdo para ceder la utilización de una de sus naves situadas en el espacio y en desuso.
Fuente: Noticias de Ciencias.