La noción de que en internet está casi todo el conocimiento humano, y el hecho de que sea un medio digital, el mismo en el que existen las supercomputadoras que aspiran a emular la inteligencia humana, o los cerebros de los robots diseñados para interactuar con humanos, facilita el aprendizaje automático de estas entidades. En vez de programárselo todo a una supercomputadora o un robot, la filosofía del aprendizaje automático es lograr que estas máquinas sean capaces de aprender por su cuenta, buscando información, examinándola e integrando los nuevos conocimientos a lo que ya saben. El proceso no es en su esencia muy distinto al de la deducción lógica humana. Continue reading