La computación afectiva es un campo de investigación que se relaciona con la interpretación de las emociones humanas, a través de la tecnología. Suena a ciencia ficción, pero es una ciencia más real de lo que parece y la chilena USACH está avanzando en este tema.
El académico del Departamento de Ingeniería en Informática, Dr. Edmundo Leiva, desarrolló junto al estudiante del Programa de Magíster de esa misma unidad, Jorge Segura, un programa capaz de identificar las emociones del rostro humano incluso cuando una persona intenta esconderlas.
A través de una cámara que capta los movimientos de los músculos de la cara, identifica microexpresiones, hasta aquellas que duran menos de un segundo.
“Este software es un reconocedor de microexpresiones que ocurren en el rostro cuando las personas intentan engañar. Las microexpresiones son gestos muy breves y delatan emociones básicas como la rabia, el desdén, la felicidad, la pena y el asco”, explica el académico Leiva.
El doctor en Ciencias de la Informática indicó que si bien hay expertos que estudian y se certifican en la interpretación de emociones a través del rostro, su rango de aproximación sólo alcanza al 63%, mientras que “nuestro software ha superado la barrera del 70% sobre los expertos” sostiene el profesor Leiva.
“Muy pocas personas son capaces de detectar microexpresiones, porque un gesto de rabia evidente, podría esconder o enmascarar una pena, que a su vez podría aparecer en un lapso de medio segundo. Este detector de micro expresiones es capaz de detectar en una fracción de segundo esa emoción”, acota.
El académico explica que las aplicaciones para este innovador mecanismo tienen un amplio horizonte, desde ser una herramienta de apoyo policial, hasta detectar la veracidad de los datos entregados en la selección de personal para labores críticas.
Para la detección de terroristas en los aeropuertos, o incluso en la terapia virtual que realizan algunos psicólogos, atendiendo a través de Internet y Skype, podrían tener señales si el paciente miente o, por ejemplo, en casos de adultos mayores, acerca de si ingirieron o no sus medicamentos, complementa apostando a que la lista de usos puede ser muy extensa y no descarta que más adelante pudiera convertirse en una aplicación para dispositivos móviles.
“Especulamos que en el futuro hasta los Google Glasses (dispositivos ópticos conectados a redes e Internet), podrían tener un reconocedor de microexpresiones, para que personas comunes y corrientes puedan detectar si alguien trata de ocultar una emoción subyacente”, remarca el profesor.
El campo de la psicología que tendió puentes con la métrica de gestos corresponde al desarrollado por el estadounidense Paul Ekman, quien ha sido pionero detectando los gestos de siete emociones básicas que se consideran arraigadas en la parte atávica del cerebro,
“ahí están la pena, la rabia, la felicidad, el miedo, la sorpresa, el desdén y el asco, que son emociones que todos los seres humanos tienen como patrimonio de la especie y no de una cultura en particular”, concluye Leiva.
El Departamento de Ingeniería Informática planea exhibir a la comunidad universitaria su quehacer en ésta y otras líneas de investigación, disponiendo distintos stands para conocer las tecnologías asociadas. Ahí estará el profesor Leiva con este interesante software para mostrarlo a quienes estén interesados en profundizar en el tema.
Fuente: Noticias de Ciencia.