No es la primera vez que la red social creada por Mark Zuckberg queda envuelta en la polémica por su dudoso sentido de la privacidad.
Lo cierto es que entrar a una red social y darse de alta es un gesto habitual pero no por ello mostrarse ajeno a sus cambios. Es común entre los usuarios el hecho de no leerse los términos de uso de estas plataformas que ya forman parte de la comunicación del ser humano. Y, prácticamente desde que nació Facebook, la red social por antonomasia, ha estado en el ojo del huracán de las críticas por sus constantes cambios de privacidad, rediseños y modificaciones del algoritmo que utiliza.
La última polémica en la que ha estado envuelta ha sido la del «experimento psicológico» que llevó a cabo durante una semana en 2012 entre casi 700.000 usuarios. Tras desvelarse este caso, muchos usuarios han clamado al cielo acerca de la intromisión en sus cuentas de la compañía desarrolladora de la plataforma. Sin embargo, los expertos recuerdan que de una manera u otra Facebook «manipula» las cuentas, como relataba el diario ABC este martes.
Dos años después de nacer, el propio Mark Zuckerberg, dueño y señor de la red social, salía al paso de la crítica por la falta de controles de privacidad en el lanzamiento del News Feed, muro de las actualizaciones. Era 2006 y la empresa comenzaba su internacionalización. Esta, que fue una de las mayores actualizaciones de su historia, generó controversia entre sus usuarios, aunque actualmente ya están acostumbrados a ver en un muro una retahíla de mensajes de sus contactos y páginas de fans, como recuerda «IBT».
Acusada de falta de privacidad, Facebook emitió un comunicado explicando la situación: «Cuando lanzamos News Feed estábamos tratando de ofrecerle una corriente de información acerca de su mundo social. En lugar de ello, hemos hecho un mal trabajo de explicar cuáles eran las nuevas características y un trabajo aún peor de darle el control», señalaba el propio Zuckerberg en una entrada.
Al año siguiente, en 2007, Facebook comenzaba a posar sus garras en el mundo de la empresa. En aras de buscar mayores ingresos, la compañía lanzó «Beacon», una iniciativa publicitaria que permitía a los usuarios comprar por la web. Fue todo un caos y un error. Acabó por cerrarse en 2009, admitiendo el error mucho tiempo después.
El año 2009 fue especialmente polémico. Los términos de uso se modificaron varias veces, generando torrentes de mensajes críticos de los usuarios, que consideraban que Facebook de esta manera podría obtener más datos propios.
Al año siguiente, los usuarios volvieron a la carga y mostraron su frustración sobre la privacidad que ejercía la red social. Algunos disconformes con Facebook por la dificultad de configurar sus opciones de privacidad organizaron el «Quit Facebook Day», el día de la «deserción». Aunque tuvo su respaldo, solo se inscribieron 34.100 personas, un número significativo pero ridículo frente a sus más de quinientos millones de usuarios por entonces. Pero la semilla de la crítica se había plantado.
Ya en 2011 la unión entre Spotify, plataforma de reproducción de música en «streaming», y Facebook destapó las iras de los usuarios, que no deseaban que ambos servicios estuvieran conectados. Así, a la hora de registrarse en la red de música era necesario tener, previamente, una de la red social. Además, tampoco gustó nada que se diera opción a que Facebook mostrara la música que uno escuchaba.
La oleada de novedades que presentó ese año la empresa dieron pábulo a las críticas. Así, el famoso algoritmo de búsqueda Open Graph, diseñado en 2010, comenzó a organizar, almacenar y relacionar toda la información de sus usuarios y, claro estaba, se podría cruzar con otros usuarios. Mala espina daba aquello. Los muros de mucha gente se llenaron de comentarios de personas pidiendo desactivar esta función.
El pasado 2013 Facebook fue duramente criticada en relación al uso de imágenes de sus usuarios para las «historias patrocinadas». Finalmente, y tras una campaña en contra de esta nueva funcionalidad, la compañía dio su brazo a torcer y decidió realizar cambios en los términos de uso para hacerlo más claro. Así, algunas acciones que se realizan en Facebook podrían utilizarse para fines publicitarios. Apeló a la transparencia y claridad para no dar por sentado algunas ideas. Un juez de EE.UU. aprobó un acuerdo de privacidad de la red social sobre anuncios tras una demanda colectiva que pedía un cambio sobre su estrategia publicitaria, que obligó a la compañía que ha redimensionado la expresión «Me gusta».
Un episodio delicado que hizo reflexionar a muchos internautas acerca de lo indefensos que se encuentran en el uso de este tipo de plataformas fue las duras revelaciones del programa de espionaje Prism, organizado por el gobierno de EE.UU., en que se informaba de las solicitudes de datos que reciben de las compañías tecnológicas. Entre ellas, Facebook, que alberga más de 1.300 millones de cuentas.
Ya en 2014, año en que Facebook ha cumplido una década, se lanzó una actualización que permite a la red recoger datos a través de los micrófonos de los teléfonos inteligentes con el objetivo de identificar el programa de televisión, canción o película que usuario estaba consumiendo en esos momentos, algo parecido a lo que consigue la popular aplicación Shazam, una de las más exitosas del mercado.
Fuente: ABC News.